La naturaleza, otra vez, nos demuestra que estamos muy lejos
de llegar a imitarla.
Los mosquitos se alimentan naturalmente de sustancias
azucaradas que están en las plantas para reponer compuestos ricos en energía
que utilizan como combustible para el vuelo.
Las hembras también necesitan alimentarse de sangre de huéspedes
vertebrados para poner huevos fertilizados en ambientes adecuados para su
descendencia florezca.
Los mosquitos rastrean el dióxido de carbono que exhalan
nuestros cuerpos. A medida que se acercan detectan el calor corporal y
sustancias llamadas ácidos grasos volátiles que emanan.
Los ácidos grasos volátiles emitidos por la piel son
bastante diferentes. Reflejan las diferencias entre hombres y mujeres, incluso
lo que hemos comido. Esas señales son diferentes de persona a persona, pero todavía
no se conoce porque los mosquitos prefieren más a unos que a otros.
El sistema gustativo y, más importante, el sistema olfativo,
son cruciales para la aptitud de mosquitos en el medio ambiente. Tres grandes
apéndices de la cabeza están involucrados en la recepción de las señales
químicas del medio ambiente, a saber, las antenas, palpos maxilares y la
trompa.
Cuando un mosquito perfora la piel, una funda flexible de
modo de labio llamada labium se pliega y queda fuera mientras empuja las seis
partes con forma de aguja que los científicos llaman estiletes.
El fascículo contiene estos seis estiletes o microagujas:
Dos de ellas, los maxilares dentados MX, poseen una
estructura muy afilada, que le sirven para perforar la piel como una sierra,
sin que nos demos cuenta, requiriendo 3 veces menos fuerza que las microagujas
artificiales hechas por el ser humano hasta ahora.
Otras dos, las mandíbulas M, tienen la función de separar
los tejidos de la piel mientras la hembra explora el lugar para encontrar un
vaso sanguíneo.
La alimentación de sangre de los mosquitos en la piel mostró
que la penetración puede ocurrir inmediatamente después de que la labella se
pone en contacto con la piel, pero en algunos casos la trompa se puede mover
durante algún tiempo antes de que el fascículo penetre la piel y el labrum
busque los vasos sanguíneos aparentemente orientado por la recepción de los
productos químicos volátiles que hay en estos.
Es de destacar que la sangre
humana es rica en compuestos aromáticos volátiles, incluyendo el ácido
fenilacético, 4-etilfenol y ácido benzoico.
También, cuando se alimenta de sangre, está inoculando con
la saliva sustancias anticuagulantes para agilizar la ingesta y microorganismos
patógenos causantes de enfermedades como Dengue, Zika, Chikungunya, Fiebre
Amarilla, Malaria, Virus del Nilo, Encefalitis de San Luis.
En el siguiente vídeo se puede observar perfectamente lo descrito anteriormente. Puede configurar la traducción de los subtitulos en español.
Fuente:
PubMed Central.
DEEP LOOK, KQED, PBS Digital Studios.