Los ácaros del polvo doméstico son la principal causa de
rinitis alérgica.
Causan síntomas específicos de las alergias respiratorias:
rinitis, conjuntivitis, tos, dificultad respiratoria, afectando a la vida
diaria.
La alergia a los ácaros del polvo doméstico es una
enfermedad crónica que puede dar lugar a diversas complicaciones y puede
empeorar causando asma alérgica.
Estos mismos ácaros, al manipular el hábitat donde viven,
pueden producir dermatitis alérgica.
La ingestión de productos contaminados por
ácaros puede ocasionar reacciones anafilácticas.
Especialmente en los niños, esta alergia puede tener un
efecto negativo tanto en el aprendizaje como en el desarrollo. El riesgo de
sensibilización y de padecer asma alérgica se incrementa por la exposición a
niveles altos de alérgenos durante los primeros meses de vida.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) sitúa a las
enfermedades alérgicas en el cuarto lugar de la lista de enfermedades
mundiales, y considera que representan “un importante problema para la sanidad
pública tanto a nivel de calidad de vida como de pérdida de jornadas laborales
o escolares, coste en medicamentos e incluso mortalidad”.
Los síntomas son: estornudos, goteo o congestión nasal,
picazón de la garganta o los oídos, urticaria, inflamación de los párpados,
picazón en los ojos y tos, sonidos similares a silbidos que ocurren al respirar
y falta de respiración. Puede tener un solo síntoma o varios.
Los ácaros son artrópodos de la clase arácnida, emparentados
con las arañas y las garrapatas.
Los ácaros del polvo doméstico están presentes tanto en domicilios como en
oficinas de deficiente ventilación y limpieza o con revestimientos en las
paredes y suelos, como alfombras, telas y cortinas.
Muchas especies de ácaros se alimentan de papel, infestando
archivos y bibliotecas.
Las especies de ácaros del polvo más frecuentes son:
Dermatophagoides farinae, Dermatophagoides pteronyssinus y Euroglyphus
maynei.
No pueden ser vistos a simple vista ya que miden entre 200 y
400 micrómetros.
(1 micrómetro equivale a 0,001 milímetros).
El ciclo desde huevo hasta adulto demora unos 30 días, el
tiempo de vida promedio de la hembra es de 70 días y puede fecundar unos 80
huevos.
El ciclo de vida consta de 5 estadios: huevo, larva, protoninfa,
tritoninfa y adulto.
Tienen un crecimiento óptimo con temperaturas de 25° y
humedad relativa de 70 % o más.
Se alimentan de escamas de la piel humana, hongos,
fragmentos de insectos y restos del polvo.
Las partículas fecales de los ácaros transportan la mayoría
de sus alérgenos. Tienen forma esférica con un diámetro entre 10 pm y 40 pm y
son fácilmente suspendidas y transportadas en el aire. Los alérgenos son
procesados en el intestino de los ácaros.
El dormitorio es su sitio preferido, fundamentalmente
en la superficie e interior de colchones y almohadas, donde se
dan las condiciones óptimas para poder desarrollarse.
La exposición a los ácaros puede ser reducida usando una combinación
de métodos de limpieza y exclusión.
Son preferibles las viviendas secas y soleadas,
especialmente de reciente construcción,
ya que las casas antiguas acumulan más polvo.
Las temperaturas
inferiores a 25ºC son el objetivo a conseguir.
Para la limpieza, usar aspiradora con filtro HEPA (de alta
eficiencia) en vez de escoba: aspirar a fondo durante 20 minutos y mínimo una
vez por semana. La limpieza debería hacerla otra persona distinta al paciente,
pero si esto no es posible, es
importante llevar mascarilla.
Debe prestarse atención a sillones y cortinas. Las alfombras deben
sacudirse en el exterior antes de aspirarlas, aunque lo realmente aconsejable
es retirarlas.
Deben colocarse en colchones y almohadas cubiertas
antiácaros, que tienen pequeños poros para permitir la transpiración pero que
impiden el paso de los ácaros. El sommier debe estar recubierto con plástico.
Tanto la ropa de cama (fundas y sábanas) como las cortinas
han de lavarse al menos cada 10 días a temperaturas elevadas (60ºC). Si no se
pueden evitar los peluches, son preferibles los de pequeño tamaño, que también
se puedan lavar a altas temperaturas.
Reducir la humedad relativa por debajo del 60%, mediante
aparatos de aire acondicionado, dificultará la reproducción de los ácaros.
Recomendación opcional: Meter los peluches y las mantitas de
los niños en una bolsa y colocarla en el
freezer durante 24 horas: en estas condiciones los ácaros del polvo doméstico
no sobreviven.
Se recomienda una fumigación periódica cada 3 meses como
complemento a las medidas anteriores y
sobre todo en situaciones donde no puedan llevarse a cabo la totalidad
de las tareas de limpieza y exclusión.
Fuentes: Instituto Nacional de Higiene en el Trabajo,
España.
José
Alvarez, Profesor de Alergologia, Universidad de Murcia, España.
Dr. José Manuel Barceló Muñoz,
STALLERGENES.