Las garrapatas son ectoparásitos de los vertebrados
terrestres, como ser los humanos, la vida silvestre, las mascotas y el ganado y,
debido a que transmiten enfermedades y reacciones alérgicas, se encuentran
entre las plagas de artrópodos más importantes desde el punto de vista médico.
Todas las garrapatas requieren sangre de huéspedes, animales
o personas, para completar su ciclo de vida, para sobrevivir y
reproducirse.
En Estados Unidos, las garrapatas representan el 77% de las
enfermedades transmitidas por vectores a partir de 2016.
La familia Ixodidae (garrapatas duras), que comprende la
mayoría de las especies de garrapatas y son particularmente plagas pasan hasta
el 90% de su ciclo de vida fuera del hospedador.
La oviposición, la eclosión de los huevos, la metamorfosis y
la muda entre las etapas de la vida suelen tener lugar fuera del huésped.
Para estas etapas de transición no parasitarias, la
supervivencia depende en gran medida de factores bióticos y abióticos como el
clima y la depredación, por lo tanto, la capacidad de encontrar un huésped y
unirse a él rápidamente es esencial.
Para encontrar un huésped, las garrapatas larvarias se
involucran en un comportamiento conocido como búsqueda, posiblemente la fase
más importante del ciclo de vida en la que sufren la mayor mortalidad y corren
el riesgo de deshidratación mientras no reciben alimento.
Hay dos estrategias utilizadas por las garrapatas en general.
Primero, la estrategia de 'emboscada' en la que las
garrapatas trepan a la parte superior de la vegetación o de rocas, extienden
sus patas delanteras y esperan a que pase un huésped.
En segundo lugar, la estrategia del 'cazador' en la que las
garrapatas persiguen activamente a un huésped sanguíneo potencial.
Las larvas emplean la estrategia de emboscada para gastar
menos energía.
En condiciones óptimas, las larvas pueden sobrevivir fuera
del huésped durante 8 a 9 meses antes de morir de hambre.
Las garrapatas de un huésped se adhieren y completan su
ciclo de vida (larva, ninfa y adulto) en un solo huésped, mientras que la
mayoría de las especies son garrapatas de tres huéspedes que se desprenden y
dejan al huésped para mudar en el medio ambiente entre etapas.
Ciclo de vida de garrapatas de un huésped ixodes.
El ciclo de vida de una garrapata de 1 huésped comprende 8
etapas: período de preoviposición de la hembra, período de oviposición de la
hembra, período de incubación del huevo, etapa de maduración de la larva,
búsqueda del huésped, larva en alimentación, etapa de ninfa en alimentación y
la alimentación en etapa adulta.
En condiciones ideales, las especies de un solo huésped
pueden completar su ciclo de vida y reproducirse en 4-8 semanas.
Una vez que comienza la puesta de huevos, un período de
oviposición típico para las garrapatas ixódes es de 1 a 3 semanas.
Las garrapatas producen cantidades variables de huevos, por
ejemplo, la garrapata hembra del conejo, Haemaphyalis leporispalustris,
puede producir hasta 3327 huevos, y la garrapata hembra del caballo, Anocentor
nitens, puede producir 3.984 huevos, mientras que las hembras Amblyomma
maculatum pueden producir hasta 9.963 huevos, teniendo como huésped a
caballos, ganado, perros o gatos, o Rhipicephalus sanguineus, la garrapata marrón hembra del perro,
puede producir hasta 3000 huevos.
En contraste, las garrapatas de los animales que anidan,
tienen masas de huevos mucho más pequeñas ya que solo tienen que esperar que el
huésped regrese al nido. Por ejemplo, la garrapata de agujero de
árbol, Ixodes arboricola, tiene una masa de huevos de solo 300 a
800 huevos.
Las larvas beben
agua del rocío y absorben agua del vapor cuando el aire está en o cerca de la
saturación, a través de la cutícula.
En las larvas, los
principales órganos sensoriales reconocidos son los ojos, el órgano de Haller,
el órgano palpal y la sensilla tegumentaria. En conjunto, estos órganos
detectan cambios micro climáticos que provocan una respuesta biológica que
ayuda a las larvas de garrapatas a navegar por su entorno, minimizar la pérdida
metabólica y, en última instancia, adherirse a un huésped.
La lente del ojo de
garrapata es única por tener canales de poros que guían la luz que funcionan
como detectores de movimiento que captan el movimiento y contrastan
siluetas.
La luz y la
temperatura son factores que influyen en el ascenso de las larvas a lo alto del
follaje, y depende de la altura óptima de vegetación correspondiente a la
altura y el periodo de actividad del huésped.
Por ejemplo, las
larvas de la garrapata de la fiebre del ganado del sur, Rhipicephalus microplus,
buscan principalmente entre las 10 y las 14 horas y no descienden a los niveles
del suelo durante este período. Sin embargo, durante las horas de
exposición intensa a los rayos UV o infrarrojos, se esconden debajo de la parte
sombreada de la hierba.
Las larvas de Amblyomma
variegatum y Rhipicephalus appendiculatus son más activas por
la mañana de 9 a 10 horas y por la tarde, después de las 15 horas, y se retiran
a la sombra durante el mediodía.
Se sabe que Ixodes
ricinus e Ixodes hexagonus son activos durante la noche porque
sus huéspedes preferidos, los roedores, erizos y zorros, son nocturnos.
El órgano de Haller
es un quimio receptor que se utiliza para detectar el calor, radiación infrarroja,
la humedad y los olores del huésped como el CO 2 y el
amoníaco.
Está ubicado en el
lado dorsal del tarso de cada pata delantera con varios pelos colocados en la
fosa anterior y la cápsula posterior.
Imágenes representativas de microscopio electrónico de barrido de larvas de Rhipicephalus microplus que identifican varios órganos sensoriales.
Las larvas
típicamente restringen la búsqueda a condiciones óptimas de humedad relativa
(HR) cercanas a la saturación, por debajo de las cuales las larvas comienzan a
deshidratarse.
Cuando la humedad
baja considerablemente, la duración de la búsqueda de larvas se limita a
períodos de tiempo más cortos, y en momentos de sequía, es posible que las
larvas no busquen en absoluto.
Evitan el clima seco
moviéndose a la superficie del suelo y excavando, esconderse debajo de rocas o
en tallos huecos, buscar por la noche o salir en grupo.
Imágenes representativas del comportamiento común de búsqueda y evitación en larvas de garrapatas.
La exposición a
rangos de temperatura de 40 a 45 ° C hace que todos los artrópodos terrestres,
incluidas las garrapatas, pierdan su capacidad para retener la humedad.
A esas temperaturas,
la capa de lípidos de la cutícula cerosa se despolariza, aumentando rápidamente
la pérdida de agua, lo que da como resultado la deshidratación de las larvas y
la probabilidad de muerte.
Las larvas de Ixodes
scapularis son más resistentes a las bajas temperaturas que las ninfas, con
el 50% de la mortalidad ocurriendo a 12,3 ° C en comparación con la ninfa con
el 50% de la mortalidad a 18,5 ° C en una exposición de 2 horas.
Por otro lado, la
garrapata antártica, Ixodes uriae (blanca), un parásito de los
pingüinos y otras aves marinas polares, las larvas sobreviven a -20° C.
Los períodos de
fuertes precipitaciones a fines de la primavera / principios del verano
contribuyen a niveles más altos de eclosión, de búsqueda de larvas, y proporcionan
una humedad óptima, temperaturas más suaves, menores déficits de saturación y
un aumento en la vegetación, todo lo cual promueve la supervivencia de las
larvas.
En el medio oeste de
los Estados Unidos, una mayor precipitación estacional conduce a una mayor formación
de bellotas de roble que, a su vez, dan lugar a un mayor número de ciervos y
roedores, como los ratones de patas blancas y esto resultó directamente en un
gran número de larvas de Ixodes scapularis, lo que a su
vez aumentó la probabilidad de transmisión de enfermedades como borreliosis, la
de Lyme, la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas y la anaplasmosis granulocítica
humana.
El agrupamiento de
larvas cumple dos funciones que benefician la supervivencia de las larvas.
En primer lugar,
reduce la pérdida de humedad como se describió anteriormente cuando se
encuentran en grupos de 10 a 20 individuos en comparación con una sola larva
aislada.
En segundo lugar, maximiza
la oportunidad de colonizar un anfitrión, al estar agrupadas y sujetas unas con
otras, para que cualquiera que logre engancharse a un huésped arrastre a las
otras aumentando las oportunidades de apareamiento y reproducción.
Cuando la hembra
adulta se llena de sangre y llega el momento y el lugar del desprendimiento, determinado
por los hábitats más frecuentados por su anfitrión, las hembras congestionadas
se arrastran hasta un sitio protegido, pero el peso corporal impide que se mueva
una distancia significativa.
Se ponen los huevos y,
en consecuencia, es donde las larvas buscaran su nuevo huésped, normalmente
ascendiendo por la planta más cercana al sitio de emergencia en un radio de 2
metros como máximo del nido.
Las fluctuaciones
anuales del clima dentro de una región determinada impulsan las tasas de
maduración del desarrollo creando períodos estacionales de búsqueda o
inactividad. Aunque es muy variable dependiendo de la especie de garrapata.
En términos generales,
en zonas templadas, es durante la época de aumento de temperatura que va desde
setiembre a mayo, donde ocurre la actividad de búsqueda.
Durante la etapa
fuera del hospedador, las larvas son vulnerables a la depredación de enemigos
naturales que comparten el mismo hábitat, como ácaros depredadores, hormigas, arañas y escarabajos carábidos, pero
existe poca evidencia de su impacto real.
Hasta ahora, todos
los parasitoides conocidos para un control biológico se dirigen a adultos o
ninfas, no a larvas o huevos.
En el sur de los
Estados Unidos, las poblaciones de garrapatas Lone Star, Amblyomma
americanum, han sido reducidas drásticamente por las hormigas de fuego, Solenopsis
invicta, importadas de Argentina.
Estos enemigos
naturales tienden a ser específicos del hábitat más que de la presa.
Fuente: Annals of the Entomological Society of America.