Pretendemos dar una información más detallada para una mayor
comprensión de la situación, basada en fuentes de instituciones sanitarias.
La fiebre amarilla es una zoonosis que a través del tiempo
ha causado numerosas epidemias con elevadas tasas de mortalidad.
Hay fiebre amarilla en 47 países endémicos de África,
América Central y Sudamérica. Cerca del 90% de los casos notificados cada año
corresponden al África subsahariana.
Los viajeros infectados procedentes de esas zonas pueden
exportar la enfermedad a países en los que no hay fiebre amarilla, pero la
enfermedad también se puede propagar fácilmente si en el país hay especies de
mosquitos capaces de transmitirla, condiciones climáticas específicas y el
reservorio animal necesario para mantenerla.
Su agente etiológico es el virus de la fiebre amarilla, un
arbovirus del género Flavivirus (familia Flaviviridae).
En las zonas selváticas de las Américas, por mosquitos de
los géneros Haemagogus y Sabethes.
En las zonas urbanas, por el mosquito Aedes aegypti, los
mismos que transmiten los virus de Zika, de la fiebre chikungunya y del dengue.
Los mosquitos se infectan cuando pican a personas o monos
infectados.
La enfermedad no se transmite por contacto entre personas.
Los mosquitos se crían en la pluvisilva tropical, los
entornos húmedos y semihúmedos, las masas de agua estancada y cerca de las
habitaciones humanas en los entornos urbanos. El aumento del contacto entre las
personas y los mosquitos infectados puede generar epidemias, sobre todo en
zonas urbanas en las que la población no está vacunada contra la fiebre
amarilla.
Los brotes de la enfermedad son especialmente preocupantes
cuando tienen lugar en zonas de hacinamiento con servicios deficientes de
suministro de agua y gestión de desechos que facilitan la cría de los
mosquitos.
Es difícil diferenciar muchas veces entre casos de fiebre
amarilla y otras fiebres hemorrágicas virales como arenavirus, el hantavirus, o
el dengue.
Los síntomas aparecen entre 3 y 6 días después de la
picadura de un mosquito infectado. En una fase inicial causa fiebre, dolor
muscular y de cabeza, escalofríos, pérdida del apetito y náuseas o vómitos.
Para la mayoría de los pacientes estos síntomas desaparecen después de 3 a 4
días.
Sin embargo, el 15% entra en una segunda fase, más tóxica
dentro de las 24 horas siguientes a la remisión inicial en donde vuelve la
fiebre alta y varios sistemas del cuerpo son afectados, la función renal se deteriora.
La mitad de los pacientes que pasan a la fase tóxica mueren a los 10 - 14 días, el resto se recupera sin daño orgánico significativo.
La mitad de los pacientes que pasan a la fase tóxica mueren a los 10 - 14 días, el resto se recupera sin daño orgánico significativo.
La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y asequible y
proporciona una inmunidad efectiva contra la enfermedad al 80-100% de los vacunados
al cabo de 10 días y una inmunidad del 99% al cabo de 30 días.
Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección
de por vida, sin necesidad de dosis de refuerzo.
Se recomienda aplicar la vacuna contra la fiebre amarilla a
partir de los 12 meses de edad. En caso de brotes, se puede aplicar a partir de
los 6 meses.
La fiebre amarilla se puede prevenir con la vacuna de virus
atenuado de fiebre amarilla, cepa 17D, que se considera eficaz y segura, y se
la utiliza hace más de 60 años para la inmunización activa de niños y adultos
contra la infección por el virus de la fiebre amarilla.
Dada las limitaciones en la disponibilidad de vacunas y con
el fin de hacer un uso racional de la misma, la OPS/OMS reitera sus
recomendaciones a las autoridades nacionales:
Realizar una evaluación de las coberturas de vacunación contra
fiebre amarilla en áreas de riesgo a nivel municipal para garantizar al menos
un 95% de cobertura en la población residente en estas áreas.
Los Estados Miembros que actualmente no estén enfrentando
brotes, no deberían realizar jornadas de vacunación indiscriminadas. Se deberá
priorizar el uso de vacunas en población susceptible y evitar la revacunación.
Asegurar la vacunación de todos los viajeros a áreas
endémicas por lo menos 10 días antes de viajar.
Se recomienda contar con un pequeño stock de reserva, según
disponibilidad de vacunas, que permita responder en caso de brotes.
Posponer la vacunación de rutina en niños en áreas no
endémicas hasta que se cuente con suficientes vacunas. Una vez se tenga
disponibilidad de vacunas, se deberá realizar una jornada de puesta al día para
completar esquemas de vacunación.
Precauciones:
Se recomienda evaluar individualmente el riesgo epidemiológico
de contraer la enfermedad frente al riesgo de aparición de un evento adverso en
personas mayores de 60 años que previamente no han sido vacunados.
La vacuna se puede ofrecer a individuos con infección por
VIH asintomática con recuentos de CD4 + ≥ 200 células / mm³ que requieran
vacunación.
Las mujeres embarazadas deben ser vacunadas en situación de
emergencia epidemiológica y siguiendo recomendaciones expresas de las
autoridades de salud.
Se recomienda la vacunación a mujeres que amamantan, que
viven en zonas endémicas, dado que el riesgo de transmitir el virus de la
vacuna al niño, es menor que los beneficios de la lactancia.
Para las mujeres embarazadas o las mujeres que amamantan,
que viajan a zonas con transmisión de fiebre amarilla, se recomienda la
vacunación cuando el viaje no se puede posponer o evitar.
Deben recibir asesoramiento sobre los beneficios y riesgos potenciales
de la vacunación para tomar una decisión informada. Los beneficios de la lactancia
materna son superiores a los de otras alternativas nutricionales.
La vacuna contra la
fiebre amarilla está contraindicada en:
Niños menores de 6 meses, mujeres embarazadas.
Individuos inmunodeprimidos (incluidos aquellos con trastornos
del timo, VIH sintomático, neoplasias malignas bajo tratamiento, miastenia
gravis, síndrome de Digeorge, tratamientos con inmunosupresores o inmunomoduladores,
trasplantes recientes, radioterapia actual o reciente).
Personas con antecedentes de hipersensibilidad al huevo de
gallina y sus derivados, proteínas de pollo o gelatina.
La vacuna se aplica en forma gratuita, en la Ciudad de
Buenos Aires de lunes a viernes de 8 a 16 hs. en Sanidad de Fronteras, en Pedro
de Mendoza y Blanes y 20 de septiembre del barrio de La Boca, bajo la
autopista. Cabe mencionar que desde el próximo lunes se reforzará la atención
con dos unidades móviles con más vacunadores y agentes sanitarios para brindar
información.
También quienes la necesiten aplicarse la vacuna pueden
dirigirse al Hospital Muñiz (Uspallata 2272) los martes y viernes de 10 a 12;
al Hospital General de Agudos Teodoro Álvarez (Aranguren 2701) los lunes y
jueves de 9 a 12; al Hospital Pirovano (Monroe 3555) los martes y jueves de 9 a
14; al Hospital Vélez Sarsfield (Calderón de la Barca 1550) los martes y
viernes de 8.30 a 11.30; y al Centro de Salud 33 (Avenida Córdoba 5741) los
miércoles y jueves de 10 a 13.
En el resto de las jurisdicciones se aplican en las delegaciones
sanitarias que pueden consultarse en
www.argentina.gob.ar/salud/viajeros/vacunatoriosfiebreamarilla.
Además, es importante adoptar las medidas de prevención de picaduras de mosquitos como repelentes, ropa de mangas largas de colores claros y uniformes, mosquiteros y aire acondicionado en el lugar de hospedaje.
Entre enero de 2016 y diciembre de 2017, siete países y
territorios de la región de las Américas han notificado casos confirmados de
fiebre amarilla:
Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Perú y
Suriname.
Durante este periodo, se notificó el mayor número de casos
humanos y epizootias registrada en la Región de las Américas en décadas.
En veterinaria, una epizootia, es una enfermedad contagiosa
que ataca a un número elevado e inusual de animales, en este caso a monos, al mismo tiempo y lugar y
se propaga con rapidez. Su término equivalente en medicina es epidemia.
El incremento observado está relacionado tanto al ecosistema
favorable que propició la diseminación del virus, así como a la existencia de
población no inmunizada.
Desde la Actualización Epidemiológica de fiebre amarilla
publicada por la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial
de la Salud (OPS/ OMS) el 13 de diciembre de 2017, solamente Brasil notificó
casos nuevos de fiebre amarilla.
En Brasil, después del brote de fiebre amarilla registrado
entre el segundo semestre de 2016 a junio 2017 con 777 casos confirmados, 261
defunciones y 1.659 epizootias; sobrevino un periodo con escasa transmisión en
humanos.
En efecto, se notificaron 11 casos confirmados entre las semanas
epidemiológicas (SE) 28 y SE 52 de 2017 en el Distrito Federal (1 caso) y los
estados de São Paulo (8 casos), Minas Gerais (1 caso) y Rio de Janeiro (1
caso).
Los casos confirmados en São Paulo, tienen como lugar
probable de infección los municipios de Itatiba, Jundiaí, Mairiporã y Nazaré
Paulista. Mientras que los casos notificados en Minas Gerais y Rio de Janeiro
tienen como lugar probable de infección los municipios de Brumadinho y
Guapimirim, respectivamente.
Desde julio de 2017 a la SE 1 de 2018 se notificaron 2.296
epizootias de las cuales 358 fueron confirmadas para fiebre amarilla, 790
fueron clasificadas como indeterminadas (no se colectaron muestras), 687
permanecen en investigación y 461 fueron descartadas.
El estado con el mayor número de epizootias confirmadas es
São Paulo (322), aunque también se confirmaron epizootias en los estados Mato
Grosso (1), Minas Gerais (32) y Rio de Janeiro (3). La ocurrencia de epizootias
confirmadas en Minas Gerais y São Paulo en las mismas áreas afectadas por el
brote 2016-2017, indican la persistencia del riesgo de aparición de casos humanos.
Las 2.296 epizootias ocurrieron en 21 entidades federales,
incluso en municipios que anteriormente se consideraba que no estaban a riesgo
para fiebre amarilla.
Hasta el momento, no hay evidencia de que el Aedes aegypti
esté implicado en la transmisión.
Considerando que una
década atrás, el brote de fiebre amarilla y la onda epizootica que había
afectado el sudeste y sur de Brasil alcanzó posteriormente a Argentina y
Paraguay; es necesario dar seguimiento al comportamiento de la fiebre amarilla
en el sur y sudeste de Brasil durante el periodo 2017-2018.
De manera preventiva, a fin de disminuir la posibilidad de
ocurrencia de brotes, el Ministerio de Salud de Brasil divulgó a inicios del
mes de enero, el plan para llevar a cabo una campaña masiva de vacunación
contra fiebre amarilla que incluirá tanto la dosis regular (0.5 ml) como la
fraccionada (0.1 ml). La campaña se llevará a cabo entre febrero y marzo en los
estados de São Paulo, Río de Janeiro y Bahía, y tendrá como objetivo vacunar a
19,7 millones de personas (15 millones con la dosis fraccionada y 4,7 millones
con la dosis regular) que viven en 76 municipios de estos tres estados.
Adicionalmente, se seguirá realizando actividades de vacunación con dosis
regular en áreas consideradas a riesgo y con recomendación de vacunación contra
fiebre amarilla.
La infección de los simios con el virus de la Fiebre
Amarilla produce enfermedad semejante a la de humanos con altos índices de
letalidad. La vigilancia de epizootias en primates no humanos constituye uno de
los componentes de la vigilancia de la Fiebre Amarilla. El registro de una
epizootia es indicativo de circulación del virus, representando un importante
indicador de riesgo que debe ser utilizado como disparador de las acciones de
prevención y control de la enfermedad.
Zonas endémicas de America: http://arcg.is/0Gzjr8
Países que exigen certificado de vacunación al ingresar:
http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_docman&task=doc_download&Itemid=&gid=38781&lang=es
Historia de la Fiebre Amarilla en Buenos Aires: https://es.wikipedia.org/wiki/Fiebre_amarilla_en_Buenos_Aires
Fuente:
Ministerio de Salud de la Nación.
Organización Panamericana de la Salud.
Organización Mundial de la Salud.