Las enfermedades transmitidas por vectores, que suponen una gran amenaza para la salud de las sociedades en todo el mundo, son causadas por virus, bacterias y parásitos transmitidos al ser humano por mosquitos, flebótomos, chinches triatomíneas, simúlidos, garrapatas, moscas tsetsé, ácaros, caracoles y piojos.
Las enfermedades humanas de
transmisión vectorial con mayor importancia mundial son el paludismo, el
dengue, la filariasis linfática, la esquistosomiasis, la fiebre chikunguña, la
oncocercosis, la enfermedad de Chagas, la leishmaniasis, enfermedad por el
virus de Zika, la fiebre amarilla y la encefalitis japonesa.
Otras enfermedades
transmitidas por vectores, como la tripanosomiasis humana africana, la
enfermedad de Lyme, la encefalitis transmitida por garrapatas y la fiebre del
Nilo Occidental tienen una importancia local en zonas o poblaciones
específicas.
Las principales enfermedades
transmitidas por vectores representan alrededor del 17% de la carga mundial
estimada de enfermedades transmisibles y causan más de 700.000 muertes al año.
Las zonas tropicales y subtropicales son las más afectadas.
Más del 80% de la población
mundial vive en zonas en las que hay riesgo de contraer al menos una de las
principales enfermedades transmitidas por vectores, y más del 50% de la
población mundial, en zonas en las que hay riesgo de contraer dos o más.
El riesgo de infección es particularmente elevado en pueblos y ciudades, donde los mosquitos Aedes y Culex proliferan gracias a un hábitat favorable y donde hay mucho contacto con los seres humanos. Las tasas de morbilidad y mortalidad suelen ser desproporcionadamente altas entre las poblaciones más pobres.
Quienes sobreviven a estas
enfermedades pueden quedar discapacitados o desfigurados para siempre,
agravando aún más su situación.
Las enfermedades transmitidas
por vectores suponen una enorme carga económica y limitan el desarrollo tanto
rural como urbano.
Desde 2014, grandes brotes de
dengue, paludismo, fiebre chikunguña y fiebre amarilla han azotado a distintas
poblaciones, provocando numerosas muertes y colapsando los sistemas de salud en
muchos países.
En 2016, las infecciones por
el virus de Zika y sus complicaciones se propagaron rápidamente en la Región de
las Américas de la OMS y más allá, afectando a personas y familias, y causando
trastornos sociales y económicos.
En
particular, la urbanización no planificada, la ausencia de una red fiable de
suministro de agua y la gestión inadecuada de los residuos sólidos y de las
excretas pueden exponer una gran cantidad de habitantes de pueblos y ciudades
al riesgo de sufrir enfermedades víricas transmitidas por mosquitos.
La
intensificación de los viajes y de los intercambios comerciales en todo el
mundo, aunada a factores medioambientales como las alteraciones en el uso del
suelo (como la deforestación) y el cambio climático, también podría tener un
impacto. La combinación de todos estos factores influye considerablemente en
las poblaciones de vectores y en las características de la transmisión de los
patógenos.
Las intervenciones que reducen el
contacto entre el ser humano y los vectores y que disminuyen la supervivencia de
los vectores pueden suprimir e incluso detener la transmisión.
Se sabe por experiencia que un control
riguroso de los vectores permite reducir considerablemente la carga de las
enfermedades.
Los buenos resultados en la lucha contra
el paludismo, la malaria, la oncocercosis y la enfermedad de Chagas se deben en
gran medida a un determinado compromiso político y a importantes inversiones en
el control de vectores.
El uso a gran escala de larvicidas para
reducir las poblaciones de vectores de la oncocercosis humana, aunado al
tratamiento con ivermectina dirigido a la comunidad, ha contribuido
considerablemente al retroceso de la enfermedad.
En lo que se refiere a la enfermedad de
Chagas, la eliminación de los vectores domésticos mediante el rociado de
interiores con insecticidas de acción residual y la mejora de la vivienda,
además de un mejor análisis de la sangre de los donantes y un tratamiento de
apoyo para las personas infectadas, han dado resultados muy positivos en los
países del sur de América del Sur.
El control de vectores se implementó
exitosamente contra el dengue y la fiebre amarilla en las Américas en las
décadas de 1950 y 1960, y resultó eficaz contra el dengue en Singapur durante
las décadas de 1970 y 1980 y en Cuba durante las décadas de 1980 y 1990.
La necesidad de un enfoque integral del
control de vectores para hacer frente al impacto de las enfermedades
transmitidas por vectores nunca ha sido tan apremiante.
La transmisión y el riesgo de las
enfermedades transmitidas por vectores están cambiando de forma rápida debido a
la urbanización no planificada, al aumento de los movimientos de personas y
bienes, a cambios medioambientales y a problemas de naturaleza biológica, como
la resistencia de los vectores a los insecticidas y la evolución de cepas de
patógenos.
Metas,
hitos y objetivos para el proyecto de respuesta mundial para el control de
vectores, 2017-2030
2020
|
Hitos
|
Objetivos
|
|
2025
|
2030
|
||
Reducir mundialmente la mortalidad por enfermedades de
transmisión vectorial con relación al 2016
|
Al menos un 30%
|
Al menos un 50%
|
Al menos un 75%
|
Reducir mundialmente la incidencia de enfermedades de
transmisión vectorial con relación al 2016
|
Al menos un 25%
|
Al menos un 40%
|
Al menos un 60%
|
Prevenir las epidemias de enfermedades de transmisión
vectorial*
|
Seguir
previniendo las epidemias en todos los países sin transmisión en 2016
|
Prevenir
las epidemias en todos los países
|
* Detección rápida de los
brotes epidémicos y reducción de estos antes de su propagación fuera de las
fronteras del país.
Carga mundial de las
principales enfermedades transmitidas por vectores, a marzo de 2017
Se
incluyen algunas enfermedades transmitidas por vectores de importancia local
específica, que se indican con sombreado gris.
Vector
|
Enfermedad
|
Número anual estimado o
notificado de casos
|
Número
anual estimado de
muertes
|
Años de
vida ajustados en función de la
discapacidad
estimados
|
Mosquitos
|
Paludismo
|
212.000.000
|
429.000
|
NA
|
Dengue
|
96.000.000
|
9.110
|
1.892.200
|
|
Filariasis
linfática
|
38.464.000
|
NA
|
2.075.000
|
|
Chikunguña
(Américas)
|
693.000
presuntos casos, 2015
|
NA
|
NA
|
|
Enfermedad por el virus de Zika (Américas)
|
500.000
presuntos casos, 2016
|
NA
|
NA
|
|
Fiebre
amarilla (África)
|
130.000
|
500*
|
31.000*
|
|
Encefalitis
japonesa
|
42.500*
|
9.250*
|
431.552*
|
|
Fiebre
del Nilo Occidental
|
2.588
|
111
|
NA
|
|
Simúlidos
|
Oncocercosis
|
15.531.500
|
NA
|
1.135.700
|
Flebótomos
|
Leishmaniasis mucocutánea
|
3.895.000
|
NA
|
41.500
|
Leishmaniasis
visceral
|
60.800
|
62.500
|
1.377.400
|
|
Chinches
triatomíneas
|
Enfermedad
de Chagas
|
6.653.000
|
10.600
|
236.100
|
Garrapatas
|
Borreliosis
(enfermedad de Lyme)
|
532.125
|
NA
|
10,5
por 100.000
habitantes
Países Bajos
|
Encefalitis
transmitida por garrapatas
(norte
de Eurasia)
|
10.000-12.000
|
NA
|
167,8 por 100.000
habitantes
en Eslovenia
|
|
Moscas
tsetsé
|
Tripanosomiasis africana humana (África)
|
10.700
|
6.900
|
202.400
|
Caracoles
|
Esquistosomiasis
|
207.000.000
|
200.000
|
2.613.300
|
Varios
|
Otras:
** fiebre del Valle del Rift, virus O’nyong-nyong, virus Mayaro, fiebre
hemorrágica de Crimea-Congo,
rickettsiosis, peste
|
NA
|
NA
|
NA
|
Ejemplos de éxito gracias al control de vectores
Lugar
|
Año
|
Enfermedad
|
Intervención
|
Impacto
|
Ref.
|
Malasia
|
1900
|
Paludismo
|
Gestión medioambiental: drenaje de criaderos, aclareo
forestal.
|
Marcada reducción de la enfermedad.
|
|
Cuba
|
1903
|
Fiebre amarilla
|
Gestión integrada de vectores en La Habana: drenaje de
aguas estancadas o aplicación de aceite, fumigación y aislamiento de
pacientes con fiebre amarilla mediante pantallas y mosquiteros.
|
Eliminación de la fiebre amarilla.
|
|
Panamá
|
1904
|
Paludismo
y fiebre amarilla
|
Gestión integrada de vectores: protección de los barrios
habitados mediante pantallas, drenaje o rellenado de aguas estancadas,
instalación de desagües, aplicación de larvicidas (aceite o verde de París).
|
Reducción del paludismo a niveles bajos y eliminación de
la fiebre amarilla.
|
|
Japón
|
1938-
1977
|
Esquisto-
somiasis
|
Control de vectores mediante cambios de las prácticas
agrícolas, cementación de canales de agua y aplicación de molusquicidas.
|
Interrupción de la transmisión de esquistosomiasis.
Último caso registrado en humanos en 1977.
|
|
Brasil
|
1942
|
Paludismo
|
Aplicación de larvicidas con verde de París y rociado de
casas con piretroides de acción rápida.
|
Eliminación de Anopheles gambiae, el vector de
paludismo más eficiente del mundo
(especie introducida).
|
|
Mundo
|
1955-
1967
|
Paludismo
|
Programa Mundial sobre Paludismo basado mayormente en el
rociado de interiores con DDT y otros insecticidas de acción residual,
control larvario y medicamentos antipalúdicos.
|
Eliminación del paludismo en grandes regiones del mundo,
en especial en zonas de clima más templado con transmisión estacional.
|
|
América Latina
|
Décadas de
1950
y
1960
|
Fiebre
amarilla y dengue
|
Inspecciones de recipientes, aplicación de aceite en
criaderos y posterior rociado perifocal con DDT de recipientes de agua y
paredes próximas.
|
Eliminación de Aedes aegypti de grandes partes de
la región.
|
|
Túnez
|
1970-
1982
|
Esquisto-
somiasis
|
Estrategia integrada que combina quimioterapia masiva y
control de caracoles mediante el uso de molusquicidas.
|
Interrupción de la transmisión de la esquistosomiasis. No
se ha detectado ningún caso autóctono desde 1982.
|
África Occidental
|
1974-
2002
|
Oncocer- cosis
|
Aplicación aérea de larvicidas mayormente con agentes
microbianos.
|
Casi eliminación de la
ceguera de los ríos en buena parte de África Occidental.
|
Singapur
|
de 1970 hasta ahora
|
Dengue
|
Vigilancia entomológica y reducción de criaderos.
|
Periodo de 15 años de baja incidencia del dengue.
|
América Latina
|
1991-
2005
|
Enfermedad
de
Chagas
|
Rociado de interiores con insecticidas de acción
residual, mejoras habitacionales y educación comunitaria.
|
Disminución de la tasa de infestación y marcado declive en las tasas de
infección de niños nacidos desde el comienzo del programa; interrupción de la
transmisión interior en muchos países.
|
Cuba
|
Décadas de
1980
y
1990
|
Dengue
|
Intervenciones combinadas basadas en la comunidad,
rociado de interiores con insecticidas de acción residual.
|
Ningún brote, baja incidencia, la mayor parte de la isla
libre de vectores.
|
Australia
|
2003
|
Dengue
|
Rociado de interiores con insecticidas de acción
residual.
|
Efecto protector significativo cuando la cobertura es ≥
60 % en
las
instalaciones vecinas.
|
Trópicos
|
2000-
2015
|
Paludismo
|
Mosquiteros tratados con insecticida de acción
prolongada, rociado de interiores con insecticidas de acción residual y
tratamiento rápido.
|
Reducción del 50 % en la prevalencia del paludismo y
reducción del 40 % en morbilidad.
|
Fuente: Organización Mundial de la Salud