Ante el incremento de anomalías congénitas, síndrome de Guillain Barre y otras manifestaciones autoinmunes en zonas donde circula el virus Zika, y su posible relación con este virus, la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud recomiendan a sus Estados Miembros que establezcan y mantengan la capacidad para detectar y confirmar casos de infección por virus Zika, preparen a los servicios de salud ante una eventual demanda adicional en todos los niveles de atención sanitaria y una demanda más alta de servicios especializados para la atención de síndromes neurológicos, así como también que fortalezcan las actividades de consulta y control prenatal. Se los insta además a que continúen con los esfuerzos para reducir la presencia del mosquito transmisor a través de una efectiva estrategia de control del vector y de comunicación pública.
En octubre de 2015, el Centro Nacional
de Enlace de Brasil notificó la detección de un incremento inusual de recién
nacidos con microcefalias, un trastorno neurológico en la que la circunferencia
occipitofrontal es menor de acuerdo a lo que corresponde a la edad, raza y
sexo, dificultades en la alimentación, llanto en tono agudo, convulsiones, espasticidad de
brazos y piernas, retrasos en el desarrollo y discapacidad intelectual, en servicios de salud públicos y privados del estado de Pernambuco,
noreste de Brasil.
Hasta el 30 de noviembre de 2015,
se registraron 1.248 casos (99,7/100.000 nacidos vivos) de microcefalia,
incluido 7 fallecidos, en 14 estados, los cuales están bajo investigación. En
2000, la prevalencia de la microcefalia al nacer en Brasil fue de 5,5
casos/100.000 nacidos vivos y en 2010 de 5,7 casos/100.000 nacidos vivos. Estos
datos demuestran un incremento de 20 veces la tasa observada en años
anteriores. Los datos son obtenidos a partir del Sistema de Información de
nacidos Vivos, Sinac, que capta informaciones epidemiológicas relacionadas a la
gestación, nacimiento y malformaciones congénitas, además de las
características sociodemográficas de la madre.
El 17 de noviembre de 2015 el
laboratorio de Flavivirus del Instituto Osvaldo Cruz confirmó la presencia de
genoma de virus Zika, a través de la técnica RT-PCR, en fluido amniótico de dos
embarazadas de Paraíba, cuyos fetos presentaban microcefalia de acuerdo a la
ultrasonografía que se les había realizado.
El 24 de noviembre de 2015, las
autoridades de salud de la Polinesia Francesa informaron sobre un incremento
inusual de casos de anomalías del sistema nerviosos central en fetos y recién nacidos,
registrado durante 2014-2015, coincidente con el brote de virus Zika en las
islas. De las 17 anomalías registradas, 12 fueron anomalías fetales cerebrales
o síndromes polimalformativos, incluyendo lesiones cerebrales, y 5 neonatos
presentaron disfunción del tronco cerebral y ausencia del reflejo de deglución.
Ninguna de las mujeres embarazadas refirió clínica de infección por virus Zika,
sin embargo, cuatro de ellas presentaron IgG positiva para flavivirus lo que
sugiere una posible infección asintomática. Otras investigaciones serológicas
están en curso. Sobre la base de la correlación temporal de estos casos con la
epidemia por virus Zika en las islas, las autoridades sanitarias de la
Polinesia Francesa manejan la hipótesis de que la infección por virus Zika
puede estar asociada con estas anomalías si las madres fueron infectadas
durante el primer o segundo trimestre del embarazo.
El 28 de noviembre de 2015 el
Ministerio de Salud de Brasil estableció la relación entre el incremento de
microcefalia en el nordeste del país y la infección por virus Zika tras la
detección de genoma del virus en muestras de sangre y tejido de un recién
nascido del estado de Pará que presentó microcefalia y otras malformaciones
congénitas y que falleció a los 5 minutos de nacer.
La confirmación de la presencia del
genoma de virus fue realizada por el Instituto Evandro Chagas de Belem, Pará,
laboratorio nacional de referencia para arbovirosis.
De acuerdo al análisis preliminar
de la investigación realizada por las autoridades de Brasil probablemente el
mayor riesgo de aparición de microcefalias y malformaciones está asociado con
la infección en el primer trimestre del embarazo.
Hasta el 28 de noviembre de 2015,
el Ministerio de Salud de Brasil notificó tres defunciones asociadas a la
infección por virus Zika, que corresponden a dos adultos y un recién nacido.
El primer caso fatal es un adulto,
masculino sin trastorno neurológico con diagnóstico de Lupus eritematoso,
historia de uso crónico de corticoides, artritis reumatoide y alcoholismo.
Ingresó con sospecha de dengue, sin embargo, el diagnóstico final de
laboratorio fue infección por virus Zika por la técnica RTp-PCR. Se detectó el
genoma del virus Zika en muestra de sangre, cerebro, hígado, bazo y en un pool
de vísceras (riñón, pulmón y corazón). Adicionalmente se realizó una
secuenciación parcial del virus identificándose virus Zika.
El segundo caso fatal es del sexo
femenino, 16 años de edad, del municipio de Benevides, en el estado de Pará. No
presentó trastorno neurológico, ingreso al servicio hospitalario con sospecha
de dengue. Inició síntomas el 29 de septiembre de 2015 (cefalea, náuseas y
petequias) y falleció a finales del mes de octubre. Se confirmó infección por
virus Zika a través de la técnica RTp-PCR.
El tercer caso fatal es el recién
nacido cuya información se compartió en el apartado anterior.
Hasta el 1 de diciembre de 2015 son
9 los Estados Miembros que han confirmado circulación autóctona de virus Zika:
Brasil, Chile (en la Isla de Pascua) Colombia, El Salvador, Guatemala, México,
Paraguay, Suriname y Venezuela.
La primera circulación autóctona de
virus Zika (ZIKV) en las Américas fue confirmada en febrero de 2014 en Isla de
Pascua, Chile. La presencia del virus se detectó hasta junio de ese mismo año
en esa área.
En mayo de 2015, se confirmaron los
primeros casos de transmisión autóctona en Brasil.
Hasta el 1 de diciembre de
2015 un total de 18 estados confirmaron circulación autóctona del virus: Región
Norte (Amazonas, Pará, Rondônia, Roraima y Tocantins), Región Nordeste
(Alagoas, Bahía, Ceará, Maranhão, Paraíba, Pernambuco, Piauí y Rio Grande do
Norte), Región Sudeste (Espírito Santo, Rio de Janeiro y São Paulo),
Centro-Oeste (Mato Grosso) y Región Sur (Paraná).
En octubre de 2015 las autoridades
de salud de Colombia notificaron la detección del primer caso autóctono de
infección por virus Zika en el estado de Bolívar. Hasta la fecha, 26 de las 36
entidades territoriales confirmaron circulación autóctona del virus.
Adicionalmente, en noviembre de
2015, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Suriname y Venezuela
confirmaron casos de transmisión autóctona.
La vigilancia de infección por
virus Zika debe desarrollarse a partir de la vigilancia ya existente para el
dengue y el chikungunya, teniendo en cuenta las diferencias en la presentación
clínica.
Según corresponda a la situación epidemiológica del país, la
vigilancia debe estar orientada a: detectar la introducción del virus Zika en
un área, monitorear la dispersión de la infección por virus Zika una vez
introducida, y vigilar la aparición de complicaciones neurológicas y
autoinmunes tanto en adultos como en niños.
En aquellos países sin casos
autóctonos de infección por virus Zika se recomienda: Fortalecer la vigilancia
basada en eventos para detectar los primeros casos. En base a la experiencia de
Brasil y Colombia, deberán estar atentos a la aparición de conglomerados de
enfermedad febril exantemática de causa desconocida (en la que se ha descartado
infección por dengue, chikungunya, sarampión, rubeola, parvovirus B19), y
realizar pruebas de laboratorio para la detección de virus Zika.
Se debe tener en cuenta la posible
reactividad cruzada con el dengue en las pruebas serológicas, en particular si
ha habido infección previa por dengue. La detección temprana permitirá la
identificación de las cepas virales circulantes, la caracterización adecuada
del brote y la implementación de una respuesta proporcionada.
En aquellos países con casos
autóctonos de infección por virus Zika, se recomienda: Vigilar la tendencia
temporal y la diseminación geográfica del virus para detectar su introducción
en nuevas áreas del país, Monitorear la aparición de complicaciones
neurológicas y autoinmunes en recién nacidos, niños y adultos; así como su
posible impacto en la salud pública, Identificar factores de riesgo asociados
con la infección por virus Zika, y cuando exista la capacidad, identificar los
linajes del virus Zika circulantes.
No hay vacuna ni tratamiento
específico para la fiebre por virus Zika. Por esa razón, el tratamiento se
dirige al alivio de los síntomas.
El tratamiento sintomático y de
soporte incluye reposo y el uso de acetaminofén o paracetamol para aliviar la
fiebre. También se pueden administrar antihistamínicos para controlar el
prurito asociado habitualmente a la erupción maculopapular.
No se aconseja el uso de aspirina
debido al riesgo de sangrado y el riesgo de desarrollar síndrome de Reye en
niños menores de 12 años de edad. Tampoco se aconseja el uso de otros
antiinflamatorios no esteroideos, por si la causa del cuadro clínico fuera
dengue o chikungunya; patologías en las que está contraindicados en sus fases
agudas.
Se debe aconsejar a los pacientes
ingerir abundantes cantidades de líquidos para reponer la depleción por
sudoración, vómitos y otras pérdidas insensibles.
Un control efectivo y operativo del
vector transmisor de dengue y chikungunya, brinda las bases técnicas y
operacionales para una preparación adecuada frente al virus Zika, debido a que
estos virus pueden ser transmitidos por el mismo mosquito, el Aedes.
Dada la alta infestación por Aedes
aegypti y la presencia del Aedes albopictus en la Región, se recomienda que las
medidas de prevención y control sean orientadas a reducir la densidad del
vector, con la aceptación y colaboración de la población local en la adopción de
dichas medidas.
Fortalecer las acciones de
ordenamiento ambiental, principalmente la eliminación de criaderos del vector
en cada domicilio y en áreas comunes de los barrios y ciudades (parques,
escuelas, cementerios, etc.).
Organizar campañas de saneamiento
intensivo para la eliminación de criaderos en zonas específicas donde se haya
interrumpido la recolección regular de basura.
Aplicar medidas para el control de
criaderos con la utilización de métodos físicos, biológicos y químicos, en las
que participen activamente la familia y la comunidad.
Determinar las zonas de alto riesgo
de transmisión y dar prioridad a aquellas donde existan concentraciones de
personas (escuelas, terminales de transporte, hospitales, centros de salud,
etc.). En esas instalaciones deberá eliminarse la presencia del mosquito en un
radio de al menos 400 metros a la redonda.
En zonas donde se detecte
transmisión activa o casos importados de dengue, chikungunya o virus Zika, se
sugiere utilizar tratamiento adulticida a través de fumigación, para eliminar
los mosquitos adultos infectados y cortar la transmisión.
Esta es una medida de
carácter excepcional y solo es eficaz cuando la aplica personal debidamente
capacitado y de acuerdo con las orientaciones técnicas internacionalmente
aceptadas. Este trabajo se llevará a cabo con otras medidas, como las descritas
anteriormente.
La fumigación es la principal intervención para interrumpir la
transmisión y permite ganar tiempo para consolidar las actividades de
eliminación de criaderos de larvas del vector.
Es importante reducir al mínimo el
contacto del vector. Se recomienda el uso de repelentes que contienen DEET,
IR3535 o Icaridina los cuales se pueden aplicar a la piel expuesta o la ropa de
vestir y debe usarse de conformidad estricta con las instrucciones de la
etiqueta del producto.
Zika: Otra Enfermedad Transmitida por Mosquitos
Fuente: Organización Panamericana
de la Salud, PAHO.