Virus del Nilo en Argentina


Actualmente nos llegan las noticias sobre el incremento de casos positivos en humanos del Virus del Nilo Occidental en los Estados Unidos de América.

¿Puede este virus llegar a la Argentina?

Las aves silvestres son el reservorio natural del virus, cuando un mosquito pica un ave infectada, adquiere a su vez la infección y los mosquitos actúan entonces como portadores (vectores) propagando el virus de un ave a otra, a otros animales y a los humanos.
No se sabe de qué manera entró el virus del Nilo Occidental en los Estados Unidos, pero los expertos aseguran que es muy similar a las cepas que existen en Medio Oriente y que no llegó ni en barco, ni en avión, ni a través de personas enfermas. La diseminación de la enfermedad llegó con las aves migratorias desde el continente africano hacia Estados Unidos.

De la misma forma, se estima, llegará a Argentina.

Aves que migran desde Canadá hasta Brasil hacia Argentina:
Águila Pescadora, Aguilucho langostero, Halcón peregrino, Chorlo pampa, Pitotoy grande y chico, Playerito pectoral, Playerito blanco, Playerito manchado, Becasa de mar, Falaropo común, Rayador, Gaviotín negro, Añapero boreal, Golondrina tijerita, Golondrina zapadora, Cuclillo canela, Atajacaminos tijera, Anambé común, Benteveo rayado, Viudita blanca, Churrinche, Suirirí real, Tijereta, Mosqueta estriada, Fiofío pico corto, Golondrina ceja blanca, Golondrina patagónica, Golondrina doméstica, Chorlito pecho canela, Chorlito doble collar, Canastero coludo, Cortarramas, Gaviotín sudamericano.

El siguiente es un mapa que muestra la migración de aves del Norte a Sur América:




Es una enfermedad infecciosa aguda de origen viral, Flavivirus del Complejo de la Encefalitis Japonesa, igual que la Encefalitis de San Luis que es endémica en Argentina. 



Es una Zoonosis transmitida por mosquitos, que afecta principalmente a aves y que puede transmitirse a equinos y a seres humanos.

El virus del Nilo Occidental se identificó por primera vez en 1937 en Uganda al este de África.
Fue aislado del hombre, de otros mamíferos, aves y artrópodos en África (Egipto, Madagascar, Mozambique, Nigeria, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Sudáfrica y Uganda), en Asia (Borneo, India, Israel, Pakistán y la antigua Unión Soviética), y en Europa (Chipre y Francia).
En 1951 fue descrito como causante de la epidemia de la fiebre del Nilo Occidental en el hombre en Israel.
En la década del cincuenta, se describió claramente en Egipto el papel que desempeñan los mosquitos en la transmisión viral. Alrededor de la misma época, las aves salvajes fueron identificadas como el reservorio del virus.
Varios años después se notificaron casos de la fiebre del Nilo Occidental en equinos
El virus fue asociado por primera vez con la enfermedad en la especie aviar doméstica en 1997, cuando algunas parvadas de gansos en Israel fueron afectadas y les causaba parálisis.
En agosto de 1999, apareció por primera vez en el Hemisferio Occidental y causó la muerte de aves salvajes, aves de zoológico, de equinos y seres humanos en el área de la ciudad de Nueva York.
No se tiene una idea clara de la rápida y permanente difusión del virus del Nilo Occidental en América del Norte, pero lo cierto es que mientras en el resto del mundo los casos y brotes epidémicos son puntuales y periódicos, en el continente americano no ha habido interrupción desde su entrada en 1999. Al 2 de Octubre de 2012, hay 3969 casos confirmados y 163 muertes.

En Argentina se registró 1 caso confirmado en Córdoba en 2010, a diferencia del Virus de San Luis del que hay numerosos casos confirmados. Según los científicos ambas enfermedades suelen estar mal diagnosticadas, razón por la cual no hay estadísticas confiables.

El VNO afecta el sistema nervioso central. Los síntomas de la enfermedad varían.

Los síntomas son graves en unas pocas personas. 

Cerca de una de cada 150 personas infectadas por el VNO se enfermará de gravedad. 
Los síntomas graves pueden incluir fiebre alta, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, aletargamiento, desorientación, coma, temblores, convulsiones, debilidad muscular, pérdida de la visión, entumecimiento y parálisis. Estos síntomas pueden durar varias semanas y los efectos neurológicos pueden ser permanentes.

Algunas personas presentan síntomas más leves. 
Cerca del 20 por ciento de personas infectadas presentarán síntomas leves, entre ellos, fiebre, dolor de cabeza, dolor en el cuerpo, náusea y vómito, ocasionalmente con hinchazón en las glándulas linfáticas o erupción cutánea en el pecho, estómago y espalda. Los síntomas pueden durar tan solo unos cuantos días, aunque hay personas saludables que han estado enfermas por varias semanas.
La mayoría de las personas no presenta síntomas. Aproximadamente un 80 por ciento de las personas infectadas por el VNO (cerca de 4 de cada 5) no presenta ninguna clase de síntomas.

Las personas mayores de 50 años tienen más probabilidades de presentar los síntomas graves de la enfermedad si se enferman con el VNO y deben tener un cuidado especial para evitar la picadura de mosquitos.

El VNO se presenta en forma endémica y epidémica.

La lluvia intensa, la alta humedad relativa ambiente, los encharcamientos y las temperaturas elevadas conforman nichos ecológicos que facilitan la reproducción de mosquitos vectores.

Las especies de mosquitos en Buenos Aires que son potenciales vectores del Virus del Nilo Occidental son:
Aedeomyia squamipennisa, Aedes aegypti, Anopheles albitarsisa, Anopheles argyritarsis, Anopheles triannulatus, Culex apicinus, Culex bidens, Culex brethesi, Culex chidesteri, Culex coronator, Culex dolosus, Culex hepperi, Culex lahillei, Culex maxi, Culex mollis, Culex pipiens, Culex quinquefasciatus, Culex spinosus, Culex intrincatus, Mansonia indubitans, Mansonia titillans, Ochlerotatus albifasciatusa, Ochlerotatus scapularisa, Psorophora confinnis, Psorophora varinervis, Psorophora albipesa, Psorophora cyanescens, Psorophora discrucians, Psorophora feroxa, Psorophora varipes, Psorophora ciliata, Psorophora holmbergii, Psorophora pallescensa, Uranotaenia apicalis, Uranotaenia  lowii, Uranotaenia Natalie, Uranotaenia pulcherrima, Wyeomyia leucostigma.

En equinos la mortalidad ha sido variable según los países en los cuales se presentó, aunque se puede asumir 1 muerto de cada 3 clínicamente afectados. 
Los signos clínicos de la enfermedad neurológica causada por el virus del Nilo Occidental pueden incluir la pérdida de apetito, depresión, tropezones, contracción muscular, parálisis parcial, visión disminuida, malestar de la cabeza, rechinar de dientes, marcha confusa, convulsiones, vueltas en círculos e incapacidad para ingerir. La debilidad, usualmente en los miembros posteriores, a veces va seguida de parálisis. Puede ocurrir coma y muerte. Se ha observado también fiebre pero no en todos los casos.

En febrero de 2006 en Areco una yegua presentó signos de  hiperexitación y murió a las 48hs, a la semana siguiente una yegua presentó signos  neurológicos, entro en decúbito y murió en 72hs. En Marzo de 2006 una yegua de polo que estaba en el  campo 2 de San Isidro presento ataxia, decúbito y  muerte en 72 hs. En el instituto nacional de enfermedades virales humanas (inevh) se  detecta virus del Nilo occidental en los 3 casos. En Junio de 2010 en un equino de un establecimiento próximo a la localidad de Vicuña Mackenna, al sur de la provincia de Córdoba, se detectó la enfermedad.

Los gansos son sensibles y presentan varios grados de manifestaciones neurológicas, desde permanecer echados hasta la parálisis de patas y alas. Si se les molesta, no se mueven o no pueden hacerlo, carecen de coordinación. Se han registrado tasas de mortalidad entre el 20 al 60%.

Igual que con el Dengue, para prevenir la propagación de la enfermedad, es esencial entonces controlar la población de mosquitos.